Me traicionaron hace tiempo. Las encontré una lluviosa tarde de verano, hambrientas y temblorosas vendiendo caricias y suspiros, se veían bastante desorientadas, sucias y flacas. Decidí ser generoso, les ofrecí papel donde pasar la noche. Las alimente hasta que recuperaron el calor y durante días las hospede entre mis versos.
Una mañana, salí del libro en busca del periódico dominical. Cuando regrese descubrí decepcionado que se habían llevado todos mis puntos y comas. Nunca más supe de ellas.
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1 comentario:
Qué buenísimo!!!! No puedo dejar de leerte, jajajajaja...
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