lunes, 27 de octubre de 2008

Rapidin (Flashback)

Dar es dar y no decirle a nadie si quedarse o escapar…
… Dar es dar y no explicarle a nadie no hay nada que explicar
- Fito Paez



Tenía una semana de haberse masturbado por última vez, el deseo y la lujuria eran su pensamiento y alma. Un ser irreconociblemente libidinoso se paseaba por las calles del centro histórico, tenía que expulsar su líquido de creación sobre alguien de inmediato.
Tiempo atrás entablar conversación con una mujer no era una opción, recordó la última vez que lo hizo, y no fue precisamente brillante. Eran los ya lejanos primeros años universitarios y en su facultad los culos crecían como hierba en los campos infinitos de la psicología. Se acercó muy tenso pero con el aval de sus compañeros de grupo. Estaba tan nervioso que no lograba soltarse completamente.

- ¿Ricardo verdad? - Dijo ella. A quien también él le gustaba.

Un escurridizo si escapo de sus labios resecos. Su vejiga incontinente lo defraudo una vez más y vergonzosos líquidos oscurecieron su Levi’s, tal vez no debió soltarse tanto. Las risas y burlas de sus compañeros lo trajeron de vuelta a la realidad. Solo alcanzó a correr.
Más tarde aprendió que para satisfacer los bajos instintos era más fácil hacerlo de una forma, por decirlo así, más efectiva. Biblia en mano aparecía el hermano Ramírez como un superhéroe de comic dispuesto a salvar a pobres damiselas huérfanas de falo, con ganas de tener un buen revolcón.

Al principio no sabían cómo reaccionar. Aquel amable hermano que les había prometido una nueva biblia en su pequeño hotel, súbitamente se había convertido en ese violador serial que las penetraba vigorosamente por detrás.
Algunas reaccionaban mal ante sus buenas intensiones pero después de un rato de goce y retozo pedían aun más. Algunas otras que no lograban superar aquella primera etapa, las que entraban en pánico y desesperación, a ellas, con el más profundo dolor de su corazón, a esas, tenía que matarlas.

Los tiempos han cambiado y en nuestros días las cosas ya no son tan complicadas, posee un pequeño templo, la iglesia emancipada del Cristo redentor del tercer reino, en la zona 6 y son ahora fieles ovejas quienes se someten al sacrificio de satisfacerlo.

Le marca a Don Mario, taxista de confianza, hay una célula cercana, la hermana Baldetti podría serle útil.

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